Cuando llega el verano y las temperaturas suben, el riesgo de incendios aumenta en toda la Patagonia. Para enfrentar estas emergencias existe el Sistema Federal de Manejo del Fuego (SFMF), coordinado a nivel nacional por el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF). Su función principal es articular recursos, personal y decisiones para proteger a las comunidades y los ecosistemas.
De acuerdo con el Informe Nacional de Peligro de Incendios de Vegetación, actualmente existe una probabilidad cercana al 55 % de que se desarrollen condiciones de La Niña durante el trimestre septiembre-octubre-noviembre 2025. Para el trimestre siguiente, la probabilidad aumenta levemente, lo que indica que este fenómeno podría consolidarse hacia el verano.
Pero, ¿qué significa que llegue una fase La Niña? A diferencia de El Niño —que se caracteriza por un calentamiento de las aguas del Pacífico oriental—, La Niña ocurre cuando esas aguas se enfrían más de lo normal. Este enfriamiento modifica la circulación atmosférica y altera los patrones de lluvia en varias regiones del mundo. En América del Sur, La Niña suele estar asociada con precipitaciones por debajo del promedio en gran parte de Argentina, especialmente en la zona central y patagónica, lo que agrava la sequía y aumenta la vulnerabilidad frente a los incendios rurales y forestales.
Los especialistas advierten que estos escenarios deben ser monitoreados de cerca, ya que la combinación de menos lluvias y temperaturas superiores a lo normal incrementa el riesgo de temporadas críticas de fuego. Además, las consecuencias no se limitan a los bosques: la falta de agua impacta en la agricultura, la ganadería y en la disponibilidad de recursos hídricos para las comunidades.
Aunque La Niña es un fenómeno natural que ocurre de manera periódica cada dos a siete años, su intensidad y duración son variables, y los efectos sobre cada región no siempre son idénticos. Por eso, las autoridades utilizan modelos climáticos internacionales, como los del International Research Institute (IRI), para estimar probabilidades y anticipar medidas de prevención.
Con una probabilidad de más de la mitad de que La Niña se presente en los próximos meses, la recomendación es clara: reforzar la prevención de incendios, cuidar el uso del agua y estar atentos a los informes oficiales. La naturaleza ya dio la señal de alerta.